"No les enseñamos a ser como Ferrán Adriá, pero trabajamos como en una cocina real en tiempos, higiene, organización..." y en algunos casos mejor que algunas que hay por ahí. Así explicó Teresa Soro, gerente de Topi, el funcionamiento de la escuela durante el desayuno presentación de los actos programados para conmemorar el 25° aniversario de este centro dedicado a la formación. Un centro por el que ya han pasado casi 800 jóvenes que se han labrado un futuro profesional en la restauración.

"Además de que también potenciamos que desarrollen su creatividad", destacó Alfonso Dolset, director de la Escuela, que ofrece cursos de cocina de dos años (homologados por el Inaem), prácticas y una bolsa de trabajo. Por sus fogones han pasado prestigiosos cocineros como Monserrat, Cortés y el televisivo Antonio Arrabal.

La matriz de este centro nació en 1986, con el taller ocupacional Topi de fontanería y soldadura. La necesidad de ofrecer algo que resultase más atrayente a las chicas, desembocó en este proyecto de escuela hostelera, que fue creciendo con mucho esmero y puntuales ayudas a partir de un local cedido por la parroquia de Nazaret y un simple congelador de helados. En 1992, nació la Fundación Picarral, alrededor de la cual se ha ido tejiendo una red de centros de asistencia y formación y empresas de colocación, también para personas con discapacidad intelectual. Al tiempo han ido cayendo los premios y las certificaciones de calidad.

Los jóvenes practican con fuego real, esto es, cocinan para agradar a sus comensales, algunos tan destacados como el profesor Aranguren (quien se refería al Topi como su "segunda casa", además del Pignatelli), Grande Covián, así como políticos (la presidenta Rudi, el alcalde Belloch y el expresidente Iglesias). Pero también para gente corriente que se desplaza hasta el Camino de los Molinos para degustar sus menús.

RECONOCIMIENTO

Por todo ello, el 17 de marzo, la familia Escuela de Hostelería Topi se reunió en la sala de recepciones del Ayuntamiento de Zaragoza para recibir el homenaje del consistorio con motivo de su 25° aniversarios. Un acto al que acudieron antiguos y actuales alumnos, profesores, familiares, amigos y autoridades que durante este tiempo han arrimado el hombro en la noble causa formativa de la Fundación El Picarral.

El presidente de la Fundación Picarral, Antonio Sofín, fue desgranando las claves del éxito de la escuela: la materia prima de los alumnos, la elaboración de los profesores y trabajadores, la maquinaria de la cocina (alabada por todos), la ayuda de diversas instituciones y los empresarios que han dado una primera oportunidad a sus alumnos. Los asistentes fueron obsequiados con un recetario elaborado por varios exalumnos y las instituciones colaboradoras recibieron una escultura de Jesús Gazol.