Llega la Navidad y con ella una oleada de consumo que arrastra a todos los ciudadanos. Los consumidores gastamos una media de 832 euros por persona en estas fiestas, de los cuales 240 euros corresponden a los gastos de los regalos, sobre todo, juguetes.

Hay que recordar que la nueva ley, vigente desde septiembre del año pasado, establece una garantía de dos años para todos los bienes de consumo de primera mano y que, durante los primeros seis meses, los defectos que pueda tener el juguete se presupone que son de fábrica, y podemos exigir su reparación o su sustitución, al vendedor.

A la hora de realizar las compras conviene tener presentes diferentes aspectos para elegir juguetes seguros como la obligatoriedad de estos productos de llevar marcado "CE", que garantiza que ha pasado una serie de pruebas y controles para ser comercializado. Algunos juguetes, generalmente fabricados en otros países y que suelen comercializarse en tiendas no especializadas, llevan un marcado "CE" falsificado.

También se debe comparar lo ofertado en la publicidad porque el consumidor está en su derecho de exigir lo anunciado.

Además, los juguetes deben respetar las indicaciones sobre la edad: sobre todo en el caso de menores de 3 años, pues pueden contener piezas pequeñas (diámetro menor de 4,5 centímetros) y provocar daños a los pequeños. Hay que desconfiar de su seguridad en juguetes o materiales de puericultura con la indicación de "no apto para menores de 3 años".

Para evitar accidentes hay que retirar del alcance del niño/a los envoltorios de plástico, cuerdas, etc. porque tienden a jugar con ellos y no dejar al menor de 3 años con juguetes de los que se puedan desprender partes peligrosas o juguetes rotos que tengan bordes filosos, cortantes. El plástico del juguete debe ser resistente.

Los chupetes, tetinas, mordedores y juguetes no deben contener PVC. Estos artículos es preferible adquirirlos en farmacias o tiendas especializadas.

Conviene evitar que el niño duerma con juguetes de pilas, y seguir la máxima de que cuanto más pequeño sea el niño, más grandes sus juguetes.

En el caso de los videojuegos, hay que observar el nuevo código europeo de regulación, así como los iconos que aparecen en los mismos para evitar la exposición a contenidos violentos o inadecuados a su edad.

Por último, recordar que el juguete debe ser deseado por el niño/a, que no debe provocar actitudes no deseables (violentas, sexistas, bélicas, racistas...) y que no tiene que ser demasiado sofisticado.

El mejor juguete no es necesariamente el más caro y la sobredosis de juguetes genera actitudes de derroche y destructividad.