Han pasado muchas décadas, demasiadas, para los vecinos del entorno de la avenida Alcalde Caballero, en Zaragoza, pero por fin pueden respirar aliviados al ver cómo el proyecto de reforma integral de la misma va a ser un realidad. El Gobierno de la ciudad dio luz verde al proyecto que empezará a materializarse este mismo año, aunque no se finalizará hasta el 2015, y que cuenta con una inversión global de 2,39 millones de euros y un plazo de ejecución de seis meses.

Al margen del coste, lo que más preocupaba a los vecinos eran las mejoras que van a recibir, y esas ya están detalladas: aceras de casi dos metros, un carril bici a ambos lados de la calzada, a distinto nivel de la zona peatonal y separado del paso de los coches en un vial más urbano pero con los mismos dos carriles por sentido de circulación. Además, también se instalarán 52 nuevas farolas de 12 metros de altura, más eficientes y modernas, más propias de una avenida. Y se prevé también una renovación de la red de agua y vertido.

OTRAS DOS CESIONES

La avenida Alcalde Caballero era la última arteria de la red autonómica que había solicitado el Ayuntamiento de Zaragoza al Gobierno de Aragón. El problema es trasladar a la opinión pública que un acuerdo entre administraciones como este es imposible exportarlos a otras zonas. O como el que, en los últimos años, se hizo igualmente con la avenida San Juan de la Peña --antes Z-590-- o en un tramo de acceso a Montañana --Z800--, o como el que también podría hacerse con el resto de esta carretera, hasta Peñaflor, también de la DGA, pero con la diferencia de que el consistorio no las ha requerido para incluirlas en su red de viales urbanos.

La realidad en otras zonas de la ciudad es bien distinta. El Ayuntamiento de Zaragoza lleva años solicitando más de 25 kilómetros de carreteras que son de facto parte de su callejero, pero también vías interurbanas a efectos prácticos, sobre todo en lo que afecta a su mantenimiento.

La última tanda de cesiones desde Fomento llegó hace ya seis años. Hizo tres: en febrero, el tramo de Vía Ibérica que une la rotonda de Valdespartera con el tercer cinturón; en marzo, el de la avenida de los Pirineos que enlaza el puente Santiago con la Ronda Norte; y en abril, los 4,5 kilómetros de la carretera de Madrid que desemboca en Los Enlaces. Todos ellos son ahora viales totalmente urbanos y modernizados, movidos también por otros proyectos de envergadura como el tranvía, la Z-40 o el corredor verde Oliver-Valdefierro.

Frente a estas vías, los vecinos de la avenida Cataluña siguen reclamando su entrega definitiva para seguir creciendo. Mientras, la remodelación integral de la avenida Navarra ha quedado definitivamente aparcada por Fomento en esta legislatura, junto al túnel de la A-68 y el entorno del Portillo.

SIETE MÁS

Pero esos son solo dos de los tramos pendientes de ceder y, al menos en apariencia, ya urbanos. Sin embargo, hay siete más que, también hay que decirlo, el ayuntamiento no ha solicitado formalmente, ni está negociando con el Ministerio de Fomento.

Porque no urge actuar por cuestiones de seguridad y, en tiempos de crisis, asumir su mantenimiento tampoco es que corra mucha prisa en la casa consistorial. Es el caso del tramo de la carretera de Huesca que va desde la avenida Pirineos hasta la rotonda de la MAZ, el de la carretera de Valencia que conecta con la rotonda de acceso a Valdespartera, el de la carretera del aeropuerto que une la N-232 con Miralbueno, el tramo más urbano de la A-68, tanto el que une La Cartuja con la Facultad de Veterinaria como la avenida Ciudad de Soria, o la travesía de Santa Isabel.