Nadie duda de que en el circuito de Motorland habrá hoy una estupenda entrada. La cifra de venta de localidades (un 25% superior a la del pasado año) así lo anuncia. También el ambiente que se ha respirado en Alcañiz durante los últimos días. Cuentan, todavía por sensaciones porque no hay cifras oficiales, que se ha notado más gente este año en los dos primeros días del Gran Premio de Aragón, y otro tanto en las calles de Alcañiz, que vienen a ser el reflejo nocturno de la fiesta del ruido. El objetivo está en batir los 70.124 espectadores del estreno mundialista, aquellas más de 116.000 personas que pasaron por el complejo el primer año, el de la sustitución, el del experimento, el del rey Juan Carlos.

Si el viernes explotó la plaza de España de la ciudad bajoaragonesa y todas sus arterias, ayer reventó medio municipio, al ritmo de la música desplegada por diferentes escenarios de la noche, con ese inconfundible ruido de las miles de motos que conquistaron Alcañiz otro año más. Por allí se asegura el éxito el Gran Premio de Aragón, que en lo deportivo va viento en popa para los españoles, que ocuparon todas las poles de la jornada. La logró el genio Márquez en MotoGP, y eso que dijo que era el momento de conservar; Maverick se llevó la de Moto2; y el aragonés Álex Rins cumplió sus deseos en Moto3.

El problema está en la lluvia, que va a cambiarlo todo hoy. Nadie se atreve a decir muy claro, si acaso en voz baja, que hoy va a llover en Motorland. Siempre queda la opción, se reza, de que el viento, que ayer por la tarde aceleraba a tope por las tribunas del circuito, se lleve a toda velocidad las nubes que se acercan. No parece posible. Ayer, la Aemet (Agencia Española de Meteorología) daba un 100% de posibilidades de que lloviera en Alcañiz durante el transcurso de las carreras. Pues eso, que lloverá. Lo cual, la verdad, es incómodo pero no una tragedia.

El Gran Premio de Aragón ha crecido y está muy por encima de los exámenes puntuales. Es un punto de referencia dentro del circo de las dos ruedas, casi una cita tradicional. Al menos de momento, y al menos hasta el 2016, fecha hasta la que está firmado con Dorna el acuerdo para que la MotoGP siga rodando por la pista. Habrá que ver a la vuelta de las elecciones de mayo del 2015 cuáles son los planes del Gobierno entrante.

Mientras llega esa historia, ayer se vieron unos bonitos entrenamientos sobre el trazado de Alcañiz. Marc Márquez es el jefe, marca tendencias en la pista y fuera. Y no es de extrañar. Tras confesar el viernes que había pasado alguna noche sin dormir por la caída en Misano Adriático, por ese empeño en seguir el ritmo infernal de Valentino Rossi, por rebasar el límite, obsesionado como estaba en ser campeón aquí, en casa, en Aragón, en su circuito; después de asegurar que pensaba levantar un poco para no complicarse el Mundial él solito, ayer consiguió el récord absoluto de la pista de Motorland en su primera vuelta.

Parecía cerrada la clasificación, el liderazgo de la parrilla, y así se entendió. Pero Pedrosa mejoró su tiempo cuando solo quedaba una vuelta. Así que al niño le sacaron el P2 cuando pasaba por línea de meta y, efectivamente, aceleró. Menos de dos minutos después (1.47.187), el fenómeno recuperaba su lugar en lo más alto del Mundial, junto a las estrellas más grandes de la historia, cerquita de ese cielo al que hoy mirarán todos en Alcañiz. ¿Lloverá? Probablemente. ¿Habrá espectáculo? Seguro.