La tarde estaba vacía. Parecía que la abstención era universal, que no se reducía sólo a las elecciones europeas, sino que abarcaba todo lo demás. La gente se había esfumado, quizá en sus propias casas. Quizá se había escondido a ver pasar otro día histórico. Casi ni coches. La Conferencia Episcopal fue la única que supo movilizar a muchos de sus electores, quizá porque ya estaban en la calle, arreglados. El domingo más raro de Europa, ese sueño trabajoso, ese dispositivo mental. Quién se acuerda de la OTAN. Sólo Bush, de tarde en tarde, melancoholemia. Se aclara que aquello de azuzar perros a prisioneros desnudos en Irak ya venía en el manual de instrucciones. Calles vacías. Miles de africanos vestidos de fiesta, al último reducto de los colores vivos, por esas calles soberanas. Europa se votaba con escepticismo, con esa fatiga milenaria, entre la estepa y el sueño del mar. Tantas europas, tan estadounidense a la contra, tan comunista a ratos, tan rara y descoyuntada, tan unida. Se fue absteniendo el día sin pensar, mientras Fernando Alonso hacía OUT en Canadá, con Raúl en el banquillo y Rusia, ay, que ya no es lo que era, por suerte. Aunque en Chechenia no lo notan. Una compañía ha patentado las bitácoras de internet, si es que se puede entender. Independientemente de las elecciones, y de sus abstenciones, ZP ha consolidado su mandato con el gol a la remanguillé de Valerón, que es lo único que necesitaba España, siempre que no sustituyeran a Etxeberría. La Eurocopa ya justifica la abstención, ver el partido es una metáfora perezosa de votar. Sugiera cambios en la alineación de mañana. Luego Europa decidirá muchas cosas, sobre lo que se puede patentar, sobre esto y lo otro, sobre el tubo de Yesa y la protección de la estepa. ZP ahora tiene que ganar más partidos con la selección, no quedarse en cuartos de final, etc. Y la inflación ya se verá. La inflación que la pilote Rato, que para eso está en la cumbre oscura. Esa amargura de Aznar le viene toda del fútbol, por no haber sido del Bar§a, o de otro equipo cualquiera. Ha venido el batiscafo echando virutas.

Europa se ignora un poco, tan propio de si, mientras no pasa nada en las corporaciones, todo sigue siendo un poco amiguetil, un cuñado sustituye a otro, etc. La tarde se abstiene, apenas hay misas. Un gol agónico aguanta a duras penas el lunes.

*Escritor y periodista