La oferta educativa de los centros escolares presenta grandes diferencias a los ojos de los padres, lo que genera preferencias por uno u otro colegio. Además, otras características, como la ubicación y dotaciones, sumadas a las circunstancias propias de cada familia, determinan que las solicitudes para un determinado centro desborden las plazas disponibles, mientras que otros no pueden cubrir sus vacantes.

La imposibilidad de acceder al centro deseado puede suponer un serio problema para los padres, como es el caso de los hermanos no admitidos en el mismo colegio, pero, al final, es el niño quien paga siempre el precio del desajuste.

La elección de centro escolar es un derecho inherente a la calidad educativa, porque en la escuela, además de asimilar conocimientos, se aprende también un modelo de comportamiento que ha de ser coherente con el que el niño vive en su hogar. Es fácil, pues, comprender la ira de algunos padres desairados en el proceso, pero, si el resultado es irreparable, debe aceptarse en bien del niño: éste ha de ser feliz en el cole para más tarde serlo en la vida.

*Escritora