Mañanitas doloridas de vuelta a casa tras perder la Eurocopa. Inmenso dejá vu. Como el gato negro de Matrix , emitida por TVE después del fiasco deportivo. A la gente que odia el fútbol --generalmente con razón-- se le ha alegrado la vida. Una cosa menos. Y a la gente que odia a España --generalmente con razón--, también.

Estas humillaciones periódicas de la selección nacional de fútbol deben de guardar alguna relación con la atormentada historieta del país. El fútbol no se deja engatusar fácilmente. Los silencios y sobreentendidos que aplicamos cada día para ir tirando, a la hora de plasmarse en el césped, bajo la atenta mirada del mundo, dejan de funcionar. Es un misterio.

Incluso ahora, que parecía que habíamos enfilado la recta de tribunas, que íbamos a culminar la transición, se produce el crack. Grecia y Portugal. Hasta el Papa ha interpretado la difícil situación de ZP tras el partido del domingo. Las calles desiertas, las pizzas ardiendo, las teles nuevas, las pantallas de plasma sin pagar...

El Papa no ha tenido piedad. Hasta Maragall ha vuelto a tensar lo del grupo parlamentario propio, que es un torpedo contra la selección, contra todo ese confuso barullo que representa --o no-- la selección de fútbol (y quizá sólo ella). El Papa es un ventajista.

Rodríguez Zapatero ha aguantado el chaparrón como el chaval que oye las recomendaciones de su abuelo antes de salir de juerga, con el dedo vendado, el dedo simbólico. Lo del fútbol, en su dimensión mágica, estrafalaria, surreal, afecta a todo lo demás. Hasta Rajoy se ha crecido tras la vergonzante derrota del domingo.

Lo mínimo que podría hacer el seleccionador es tirar la gorra. Presentar la dimisión irrevocable, invocar el olvido para esa noche espeluznante. A ZP le queda el mundial de Alemania como último asidero.

Quizá habría que sacar de las cunetas y enterrar a todos esos fusilados de la guerra. Hay unas cuantas cosas que se pueden hacer para mejorar el respaldo interior a próximas selecciones. A lo mejor se podría decidir la alineación por mensajes a móviles.

Así practicamos para las elecciones permanentes.

*Periodista y escritor