El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha prologado un original calendario institucional. En su cubierta figura el escudo aragonés, y en su interior, decorando cada mes, doce opúsculos sobre algunas de las señas identitarias del viejo Reino y de la Corona. Desde el Archivo de Aragón, o Archivo Real, fundado por Jaime II a principios del XIV y depositario de una riqueza tal de fondos que lo convierten en una de las principales fuentes de la historia europea, hasta la referencia de Sijena y sus polémicas pinturas, arrancadas de sus muros en 1936 y fraudulentamente trasladadas al Museo Nacional de Arte de Cataluña, donde todavía hoy permanecen confiscadas por una Generalitat empeñada en reescribir nuestro pasado común.

Historia que los especialistas citados en el almanaque, Antonio Ubieto, Guillermo Redondo, Alberto Montaner, Guillermo Fatás, Ricardo Centellas, Jose Antonio Armillas, Marisancho Menjón o Faustino Menéndez Pidal han contribuido a investigar y divulgar con obras que los aragoneses deberían leer o releer.

El propio Lambán, también historiador, advierte sobre el burdo intento de cambiar la historia por parte de los manipuladores y gardingos al servicio de Torra y compañía. «No es admisible en buena lid que se deforme hasta ese grado la historia, propia o ajena, máxime cuando el fin último de la distorsión es legitimar un nacionalismo que, contra lo que proclama, ha adquirido ya matices agresivos y, de hecho, discrimina hoy a millones de ciudadanos. Ello presagia discordias de creciente y funesta gravedad», escribe el presidente aragonés.

En el calendario, los sucesivos meses del año vienen ilustrados por jalones de la historia de nuestra Corona: La Seo, como uno de sus centros sacros; el enlace entre la reina Petronila y el conde Ramón Berenguer; la conquista del Mediterráneo, de Mallorca y Nápoles a Neopatria; las gestas de los almogávares; la Casa de Aragón, linaje ininterrumpido desde Ramiro I; la lección política de Fernando el Católico, creador y detentador del título Rex Hispaniarum; La Aljafería, como residencia de los Reyes de Aragón; el dragón alado introducido por Pedro IV en la emblemática regia, etcétera.

Conocer nuestra historia: un deber.