Ya lo decía el viernes Mariano Rajoy, la economía española levanta cabeza y las cosas empiezan a ir mejor. Al menos para algunos a los que las cosas tampoco les fueron del todo mal durante lo peor de la crisis. Un reflejo de ello es el fuerte incremento del número de sicav (sociedad de inversión de capital variable) en relación al año pasado. Las sicavs son vehículos de inversión que han acumulado muy mala prensa por aquello de que sus promotores y titulares son gente acaudalada a la que se atribuye un liviano régimen fiscal. Su crecimiento responde a una serie de factores: la amnistía fiscal, que ha aflorado capitales, el retorno de dinero que desinvirtió en España en lo peor de la crisis, y la baja remuneración de los depósitos bancarios. En realidad las sicav, en las que manda quien controla el capital, son similares a los fondos de inversión que se han generalizado entre los pequeños ahorradores. Y esos instrumentos también crecen porque el pequeño ahorrador huye del depósito bancario sin apenas interés.