La sociedad de capital riesgo Savia creada recientemente por el Gobierno aragonés va a entrar en juego en la economía de la comunidad con una decisión que, aún no siendo propia de su filosofía, si que es muy acertada. La sociedad que dirige la Consejería de Economía de Eduardo Bandrés va a participar como accionista en el capital de la empresa Conservas del Arba de Ejea con el objetivo de sanear a la firma, sacarla de la crisis en la que se encuentra, con pérdidas en los dos últimos ejercicios, y conseguir mantener los cientos de puestos de trabajo --sobre todo de mujeres-- de las distintas campañas de manipulación de productos vegetales. Este tipo de ayudas son las que debe primar la DGA ya que reunen todas condiciones favorables: empresa salvable con unos cooperativistas emprendedores, sirve para afianzar un sector clave de Aragón como es el de la agroalimentación, y se ubica en una comarca deprimida últimamente en cuanto a su tejido productivo por los recientes cierres empresariales. Es obvio que la viabilidad de una firma la debe de buscar ella misma, pero la influencia de los entes públicos en las decisiones financieras pesa mucho. Sin olvidar, eso sí, que Savia nunca debe centrar su actividad en este tipo de saneamientos.