El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, va a tener que armarse de paciencia y calmantes para afrontar la campaña electoral. En la agenda de los médicos que tratan su rodilla maltrecha figuraba para estos días una intervención quirúrgica, pero el alcalde ha impuesto su propia agenda para no descuidar sus obligaciones municipales y de partido. De momento, Belloch sale del paso con tratamientos paliativos, como infiltraciones y calor. Si pasadas las elecciones el daño no ha remitido, tendrá que pasar irremediablemente por el quirófano.