Qué les voy a decir de Bolsonaro, el presidente de Brasil. Una se cansa ya de hablar de los desmanes de Trump, de Bolsonaro, de Salvini. Lo peor es que estos personajes de la peor calaña han llegado a donde están gracias a los votos de sus respectivos conciudadanos. No por un golpe de Estado, no por una artimaña electoral: han ganado en las urnas. Deberíamos reflexionar sobre eso. Pero en fin, yo quería hablar hoy sobre el incendio en la Amazonia que está acabando con una parte del pulmón del planeta. Ya he escrito antes que hay temas que deberían ser transversales, ni de derechas ni de izquierdas. Y uno es la lucha por el Medio Ambiente. Que Bolsonaro deje que arda la selva es un crimen de lesa Humanidad. Me afecta a mí, les afecta a ustedes. Peligran más de 40.000 especies de plantas y 6.000 especies de animales. Allí viven 400 grupos indígenas que no quieren habitar otro lugar. Y la selva amazónica está considerada por algunos como el mayor regulador del clima de toda Suramérica. No sé cómo se ha originado el incendio, pero sí sé quién no hace nada para frenarlo: Bolsonaro. Porque los actos criminales contra el medio ambiente tienen nombre y apellidos. Como grabar con un impuesto la energía renovable en España; o engañar a los consumidores con los motores menos contaminantes de Volkswagen. O intentar cargarse el área de exclusión de Madrid Central. Hay niveles de daños, está claro, pero a mí eso me da igual: me parece que perjudicar conscientemente algo que nos toca a todos debería implicar que los responsables pasen por un tribunal a dar explicaciones. H *Periodista