Diez días de control y la Policía Local ha inmovilizado ya 61 motos que atronaban las calles con sus tubos de escape. A los infractores de la normativa sobre ruidos ya no les resulta tan barato ensordecer a los zaragozanos, porque la inmovilización del vehículo lleva aparejada una multa, la retirada del carnet y la obligación de subsanar el problema en 15 días. La nueva normativa está demostrando que cuando se quieren hacer bien las cosas sólo hay que cumplir lo ordenado. El control sobre ruidos no es nuevo, pero nunca antes se habían tomado medidas eficaces: por ejemplo, que el padre se responsabilice del joven motorista insolvente.