El futuro Museo del Ferrocarril de Aragón es uno de los proyectos culturales más destacados del Gobierno aragonés. Pese a los obstáculos en un trabajo de estas características, a los que hay que añadir l el covid-19, avanza en las sedes previstas: Canfranc (Huesca), Casetas (Zaragoza) y Caminreal-Fuentes Claras (Teruel), estaciones clave en la historia del ferrocarril regional.

La estación de Canfranc, levantada en 1928, destacó como conector de la red aragonesa con el exterior, además de su imponente monumentalidad. Casetas, inaugurada en 1863 en los albores del ferrocarril, es de un tamaño más humilde pero también desempeñó un papel clave como nudo de comunicaciones. Finalmente, Caminreal-Fuentes Claras destaca por múltiples razones que le dan un valor suplementario y dejan entrever un prometedor papel futuro en la Comarca del Jiloca. En esta vamos a centrarnos.

La originalmente llamada estación nueva de Caminreal -para diferenciarla de la primitiva de 1901-, a caballo de los municipios de Caminreal y Fuentes Claras, fue impulsada por la extinta Compañía del Ferrocarril Central de Aragón (CA) y diseñada por el arquitecto madrileño Luis Gutiérrez Soto (1900-1977), autor de unas 650 obras, en su mayoría ubicadas en Madrid. Se inauguró en 1933 al entrar en servicio el tramo de Caminreal a Zaragoza y tal fue su importancia como nudo de comunicaciones que la línea fue conocida como el Caminreal.

El edificio fue gemelo de la vieja Estación de Delicias de Zaragoza (1932), del mismo arquitecto y hoy ninguneada al levantarse al lado del edificio actual (2003). A diferencia de Delicias, Caminreal-Fuentes Claras mantiene su encanto al no ser reformada ni mutilada, aunque desde su cierre (1995) fue víctima del abandono y el vandalismo. Y pese a ser declarada Bien Catalogado (2007), su estado siguió empeorando hasta hoy.

El edificio aún destaca hoy por su modernidad, máxime en un lugar tan lejano de la capital, escenario habitual de la obra de Gutiérrez Soto. Elementos del racionalismo arquitectónico se combinaron con otros de marcado aire local: fachadas encaladas, bandas de ladrillo rojizo, teja curva o carpinterías en verde, dando al edificio un marcado acento local, integrado en el paisaje y a la vez moderno e innovador. Además supuso un importante activo, no solo como punto estratégico de la red ferroviaria, sino como motor clave del desarrollo económico y social de Caminreal y Fuentes Claras. En suma, parte de su memoria colectiva y su historia.

Los trámites del futuro Museo del Ferrocarril en Caminreal-Fuentes Claras siguen adelante. En octubre del 2019 se licitaron las obras y en febrero de este año se presentó el anteproyecto. Además, el pasado 26 de octubre se firmó el acuerdo entre el Gobierno aragonés y la Fundación de Ferrocarriles Españoles (FFE) para el alojamiento de 59 vehículos de su colección: pese a la pandemia, todo sigue adelante. El proyecto prevé rehabilitar el viejo edificio, añadir una moderna construcción anexa y adecuar otras instalaciones en los aledaños. Pero no olvidemos que muchos proyectos encallan por dificultades financieras -el covid-19 es un obstáculo añadido- y que las proporciones del proyecto final condicionarán su coste. Otro factor pendiente de resolver es el acceso a la zona, hoy una modesta carretera local escasamente conectada con vías de primer orden: un obstáculo para la pervivencia posterior del museo.

En fin, la iniciativa del Museo del Ferrocarril de Aragón de desdoblarse en tres sedes es un acierto y muy significativo para Caminreal-Fuentes Claras, en cuanto a estímulo para un territorio que al cerrar la estación vio morir uno de sus principales puntos vitales. A través del nuevo museo, Caminreal podría dar a conocer el yacimiento iberorromano de La Caridad y su centro de interpretación en la estación antigua, apenas visitado; mientras, Fuentes Claras alberga elementos de gran potencial por descubrir como el molino harinero y la casa solariega (Casa Grande). Estos y otros casos exigen inversiones paralelas, complementarias a la vieja estación, que ayudarían al despegue del futuro museo a través del turismo rural y cultural. Y siempre que las instituciones implicadas actúen coordinadamente.

Caminreal-Fuentes Claras puede catalizar necesidades y esperanzas para una tierra necesitada de estímulos y ávida de inversiones, alicientes para jóvenes y diversificación económica, que den a conocer la Comarca del Jiloca más allá del azafrán, el jamón y el triángulo del frío. Conviene que llegue este tren; quizá sea el último.