Si existiera el campeonato de España de calles sucias, Zaragoza podría estar orgullosa de poder enviar a una digna representante, nada menos que la que lleva el nombre de Ramón Pignatelli. Una calle que en cuanto a porquería se refiere ofrece todas las garantías. Tanto, que incluso partiría entre las favoritas al título. Si el torneo fuera por equipos tampoco habría problema porque las calles adyacentes están más que preparadas para competir también al máximo nivel de suciedad. Ironías al margen, sonroja que se tengan que poner en marcha campañas como Limpio te quiero más para concienciar a los residentes del Casco Histórico sobre una de las normas básicas de la convivencia y el bien común.