A Dios lo que es de Dios, y a la escuela lo que es de ciencias. Las campanas empiezan a sonar, los ángeles están que echan humo y los palomos gavioteros no han tardado en blasfemar el concepto de país laico que nos presenta el gobierno, un concepto nada revolucionario o anticlerical si es comparado con las reformas políticas y educativas que se tomaron allá por el 1931 en el gobierno de la 2º republica, ¿A qué viene tanto revuelo y tanta ansia en separar a España en dos polos? ¿Cómo se puede sacar tanto de contexto un reforma necesaria para la igualdad entre personas de diferente creencia aludiendo a tal reforma como si de una guerra contra la iglesia se tratase? Aunque bien pensado no me extraña la sorpresa, llevamos tanto tiempo oyendo decir mentiras a los políticos de uno y otro bando que nos sorprende cuando una de esas promesas se hace realidad. Además, si en la Constitución, que es nuestra carta magna, pone que el Estado es laico, ¿no debería ser impartida fuera de los centros del Estado o que los profesores de religión los pagara la iglesia y no el gobierno? De todas formas lo que ha de ser será y si no, que baje Dios y lo vea.

-- Ismael Casado Ferrer. (Zaragoza) M