Me da la impresión de que las acumulaciones de gente y coches de estos días en nuestro Pirineo van a ser consecuencia de que la futura princesita va a recibir lecciones de esquí. Y esto es para preocuparse: a los pobres y pocos habitantes del Pirineo que quieren una montaña digna no sólo les amenazan con embalses y pantanos varios, también habrán de soportar ampliaciones de aparcamientos, urbanizaciones, contaminación, en fin, estupidez humana a mansalva.

Tal vez se podrían elegir otros deportes menos desarrollados y en zonas que no estén masificadas; por ejemplo montar en camello en los Monegros, senderismo por las sierras de Teruel o excursiones por los pueblos abandonados de Aragón. Seguro que entonces Teruel existiría y volverían a la vida muchas localidades abandonadas; valga esto para el resto de la España profunda que tampoco existe.

Si nadie lo remedia, la Ronda de Boltaña no sólo podrá cantar habaneras de mar en la montaña, si les queda sitio, sino melodías hawaianas entre las islas de cemento de las nuevas urbanizaciones. -- Pura Lapeña. (Zaragoza) +M