ACADEMIAS

Pinseque-Torremedina

***Alfredo Obeso

***Pinseque (Zaragoza)

Los directores de academias de conducir están equivocados, y los examinadores también. ¡Parece mentira! Practican o examinan por lugares equivocados. Si desean conocer el grado de conocimientos de sus alumnos o futuros conductores no tienen nada más que iniciar la práctica o el examen en Torremedina (Garrapinillos) o en la entrada a Pinseque a la altura de la carretera de Logroño. En el segundo caso, deberán de cruzar una autovía de tráfico intenso para acceder al pueblo (no quiero pensar si un día "se cala" un coche en medio del cruce a la izquierda). Luego hay que pasar por la calle principal del lugar evitando coches en dirección contraria a la nuestra. Con mucho cuidado giraremos a la izquierda por una calle-entrada ilógica evitando darse de frente con otro coche o (con valor) metiéndose directamente por esa entrada-calle. Seguiremos entre calles estrechas hasta salir a la zona de campos. Allí, entre curvas sin visibilidad, seguiremos rezando para evitar coches, furgonetas o algún motorista que se la juega cada día.

Todos vendrán de frente y alguien tendrá que parar para evitar la colisión lateral... Al fin llegaremos a la altura de la urbanización y nos encontraremos con una buena recta donde (algunos) motoristas hacen prácticas de velocidad. Si seguimos teniendo suerte, unas pocas curvas más y llegamos a la zona de Torremedina... y a la inversa igual. Supongo que con la llegada de los primeros accidentes fatales se unirá Torremedina-Garrapinillos con la Autovía de Logroño con alguna carretera más acorde con el siglo en el que vivimos. En fin.

VIOLENCIA

Agresiones neonazis

***Gonzalo Alonso

***Zaragoza

Las agresiones y expresiones de violencia urbana que vienen siendo recogidas en los medios de comunicación evidencian la seriedad de un problema del que parece no tenemos suficiente conciencia social. Este tipo de violencia parece crecer sin control y sin que sea confrontado con las necesarias medidas.

Quizás por ello sea precisa una mayor sensibilización de la ciudadanía, así como una mayor respuesta desde la administración para articular medidas frente a una violencia que no cesa de cobrarse víctimas. Sorprende que en unos momentos en los que el terrorismo constituye una de las principales preocupaciones de nuestra sociedad actos de terror como los que protagonizan grupos neonazis no sean catalogados de tal manera a pesar de que sin duda consiguen aterrorizar a la sociedad.

Quizás tan particular visión de esta modalidad de violencia y su falta de tipificación penal como actos de terrorismo ponga de relieve la falta de respuesta ante hechos de tanta gravedad. La sociedad se siente vulnerable ante el terror que imponen estos fanáticos pero parece que no se valora en su justa medida la seriedad de estos crímenes y las consecuencias de los mismos. Es ésta una problemática compleja que requiere soluciones desde diferentes sectores. Si la educación y el civismo deben de ser pautas importantes que nos guíen a la hora de erradicar estas formas de violencia, también lo debe ser la exigencia de responsabilidades a nuestras autoridades para hacer frente a esta peligrosa amenaza. Una ciudad que crece y se promociona ante el ilusionante proyecto en el que Zaragoza se ha embarcado de cara a 2008 no puede ofrecer el contradictorio signo de una modernidad empañada de esta violencia urbana, y por eso urge buscar de inmediato soluciones para eliminar esta violencia. La solidaridad con las víctimas del terrorismo que se nos reclama en otro ámbito también debería ser una obligación con quienes han sufrido las agresiones y la intimidación de los grupos neonazis. No olvidemos que el fanatismo es caprichoso e indiscriminado y que mañana cualquiera de nuestros hijos puede ser una víctima más.