El acuerdo alcanzado entre Gobierno, sindicatos y la CEOE para elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha puesto de manifiesto disparidad de criterios. Mientras la patronal que preside Antonio Garamendi lo ha rubricado, su homologa aragonesa, presidida por Ricardo Mur, presenta un panorama un tanto apocalíptico del acuerdo: pérdida de competitividad, menos contratación, conflictividad... Será que el empresariado aragonés es más conservador y arriesga menos.