Arrancamos vides para comprarnos copas. O como decía mi abuela, pan para hoy, hambre para mañana. Renfe acaba de suprimir AVES de fin de semana porque se ha dado cuenta de que sólo viajan en él hombres maduros por motivos laborales y de lunes a viernes. Durante el fin de semana, el turismo cultural de camino a Madrid no se deja los cuartos en el gran tren, impagable para muchos. El AVE sirve más para ir que para venir. Ya lo advirtieron CCOO y los ecologistas: que no se use como excusa para matar los trenes convencionales de los simples mortales sin presupuesto y sin prisa, en nombre de un progreso que no entiende de comunicación humana, vertebración del territorio y comarcas sin tren. El mismo criterio se pretende en las montañas: apostar por la bolsa contra la vida. No cabemos todos a la vez. Si aparcamos 25mil coches cada fin de semana a los pies de las pistas de esquí, haremos gordas las pistas y gordas las carteras de algunos, pero inexistentes las montañas que las albergan e imposibles los valles que las soportan. El campo y el oso molan más que el hormigón y el BMW en el turismo moderno, pero aquí, cutres y cementeros, todavía no lo hemos visto.

*Periodista