La ciudad no termina. Se puede bordear a tramos por los cinturones sin acabar, se puede estar toda la tarde viendo paisajes inéditos. La mayoría de las cosas no estaban ahí hace tres o cuatro años. Y lo que se presiente, lo que se atisba en esos mares de grúas que difuminan el Pilar. Barrios enteros, las traseras de Oliver y Valdefierro, la chapa infinita de la Plataforma Logística, que hace nada asombraba por la magnitud de las naves de Inditex/Zara y ahora ya no se ven, ya no se encuentran. Compiten las empresas por levantar las naves más rumbosas. Pla-Za parece un Las Vegas. En medio del secarrizo milenario, esa locura de chapa y rótulos y dinero. Va a hacer falta una comisaría, un cuartel de barrio, de distrito, bomberos...

El auténtico despegue de Pla-Za como ciudad bis, como inevitable duplicado de la Zgz clásica, vendrá cuando hagan una iglesia, una parroquia, que a lo mejor ha de ser ya multiusos, como esos pabellones o la nave multicultos de Washington. En cuanto surge un barrio se instala una iglesia, a cual más alucinante y galáctica: esto lo han documentado bien en zaragozadeluxe.com. Desde la nave espacial de Santa Mónica, en plena Romareda, hasta la que hay detrás del edificio Zócalo. Por cierto, desde las antenas de ese edificio ya hay conexión inalámbrica hasta la margen izquierda (wifi). Montecanal no pasó de suburbio de lujo hasta que no tuvo su parroquia.

Pla-za, que no se sabe lo que es o lo que puede llegar a ser, necesita una iglesia para todos los cultos, perder el monopolio arzobispal. Aunque siendo todo tan nuevo, tan veloz, también podría ser que se erigiera una basílica del Pilar bis, un duplicado, ya en fibra de carbono, con las cúpulas de Goya restauradas de serie, igual que han hecho una copia de las cuevas de Altamira. Los ángelus se podrían juntar por wifi. Y luego llega el aeropuerto, esas 70 hectáreas que se retranquean penosamente, un poco al ritmo cansino de casi todo (menos Pla-Za). Han anunciado los vuelos baratos y se han agotado los pasajes. Normal. Luego Renfe y el GIF siguen a su marcha, cerrando estaciones, recurriendo la sentencia de los daños del AVE. Como si no hubiera habido elecciones, como si no hubiera pasado nada. Quizá cree España que con haber quitado el trasvase ya estamos apañados. No le damos demasiados motivos para pensar lo contrario.

*Escritor y periodista