Ya han firmado el tubo. Antes de irse, hay que dejar todo atado, que nunca se sabe lo que pueden traer las urnas. Ni con la irrupción encapuchada se garantiza la absoluta. Nunca se sabe qué puede barruntar el elector y la electriz. Es la deriva de la precariedad, que empieza por lo laboral y no se sabe hasta dónde puede llegar. Lo precario impregna la vida entera, las otras vidas extras que se van buscando los electores y las electrices para no subsumirse demasiado en este apelmazamiento de encuestas, en la impepinable bipolaridad. Hay que firmar el tubo, los quinientos kilómetros de trasvase, por lo que pudiera pasar. No se prevé que pase nada, pero los grandes negocios no se pueden dejar al albur de unas elecciones. Tú licita, licita el tubo cuanto antes. Y luego, claro, adjudícalo. Con el tubo firmado y bien atado, luego que digan misa. En la hipótesis descabellada de que no ganaran las elecciones --con tanta precariedad, cualquiera sabe las intenciones del gentío--, el tubo firmado y bien atado sería su mayor inversión. Ande o no ande, tubo bien grande. Es difícil minimizar ese tubo que ya ha entrado en el BOE. Nada quita tanto el estrés como dejar bien apañado el futuro.

Entretanto, se ha reunido las Sociedad Zaragoza Alta Velocidad --habemus mapa-- que va más despacio que el Vaticano. Contrasta la capacidad ejecutiva para el tubo con el tortuguismo de SZAV. Cada tres o cuatro meses sale este organismo de entre las sombras, emite un informe de dudas y unos cuantos dibujos y a esperar a la próxima convocatoria, entre tinieblas. SZAV se ocupará de la inefable rotonda de acceso a la Estación: tras meses de zozobras se decide algo obvio, que se irá ejecutando más adelante. ¿No podrían reunirse todas las semanas y ser un poco más transparentes? Las autoridades aragonesas que asisten a esas reuniones esotéricas declaran cosas ambiguas, balbucean expresiones ininteligibles. El Ayto. de Zaragoza espera poder gestionar los terrenos del Portillo. A estas alturas. Se encargará un estudio para el museo de los trenes antiguos. ¿Pero es que no tienen ordenador en la SZAV? ¿No hay impresora? Se va a comprar el cuartel de al lado, claro. Esta sociedad es el paradigma de la lentitud y del oscurantismo. Ahora que el tubo del trasvase ya va adelante, podrían aplicar la misma velocidad a esta city atascada.

*Periodista y escritor