El 1% más rico de la población mundial acaparó el 82% de la riqueza generada en un año mientras el 50% de los más pobres no se benefició en nada. Y ese grupo no es precisamente pequeño. Suma 3.700 millones de personas. Lo dice el último informe de Oxfam, que da algunos detalles más: la fortuna de los milmillonarios creció un 12% en 2018 mientras se redujo un 11% en esa mitad más pobre ya citada. Soltados así, a lo global, los datos solo hacen que ratificar la percepción que cualquiera intuye sobre las desigualdades en el mundo y la constatación de que la acumulación se concentra cada vez en menos manos, con un ligero reparto según se desciende en la escala de ingresos. Por España, en los años de crisis los ricos han aumentado, la clase media-alta también ha ascendido ligeramente, la media baja se ha despeñado y los más pobres son cada vez más. España es, tras Bulgaria, el país de la Unión Europea en el que más ha aumentado la distancia entre ricos y pobres, con datos hasta el 2014. Y hacen falta cuatro generaciones para que una familia del 10% más pobre alcance ingresos medios. El ascensor social se ha quedado como el de la serie Big Bang Theory, sin uso. Si en 2008 los hijos del 20% de las familias más pobres abandonaban los estudios obligatorios de secundaria casi cuatro veces más que las del 20% de más ingresos, ahora el desfase es de 11 veces. Los informes describen la fotografía social en cada momento, pero el vídeo continuado que registra el proceso de deterioro no se cuelga en Youtube. Se vive. Y cada equis años se vota.

*Periodista