La consejera de Educación, Dolores Serrat, debería reflexionar sobre la poca voluntad de los directores de los colegios públicos de Aragón para presentarse a la reelección. Las actuales circunstancias que envuelven al proceso educativo gestionado desde la DGA no deben de ser las adecuadas para que los responsables de los centros ni se planteen repetir en un cargo que, profesionalmente siempre ha sido apetecible y de reconocimiento. Además de que las condiciones no compensen el esfuerzo que supone tal cargo, seguro que los recortes sufridos por los centros influyen en las decisiones.