Algunos mandos de la Guardia Civil de Aragón aún no se han recuperado de la sorpresa que les produjo la desactivación del artefacto explosivo que dos etarras colocaron recientemente en la línea férrea Zaragoza-Caspe-Barcelona, en el término municipal de Samper de Calanda. La mayor sorpresa se la llevaron los propios agentes destinados en esa zona turolense, cuando algún vecino les preguntó la razón por la que había tantos policías en las vías del tren. Una vez enterados del objetivo de semejante despliegue policial, los agentes informaron al mando.