No vamos a detallar en esta columna niveles actuales de contaminación. Para ello, bastaría a los lectores consultar cualquiera de los índices existentes en la web en tiempo real, para disponer de cumplida información, y juzgar en consecuencia, aunque no siempre puedan aceptarse con plena fiabilidad, en función de las actuaciones de las estaciones de control. Básicamente, se trataría de apuntar un enfoque aproximado respecto a cómo se tratan determinados temas, por ejemplo, el presente, dentro de la familia medioambiental.

La calidad del aire se trata de un tema delicado, tanto en nuestra comunidad como en el resto de España y UE, vistas por esta última en los últimos tiempos con lupa de aumento y preocupación debido a los riesgos que conlleva para la protección de la salud, así como sus altos costes de adquisición emparejados con los tecnicismos de equipos que deben resultar fiables y eficaces para desarrollar la misión que se les encomienda.

Algo parecido sucede con la familia meteoróloga, donde desde siempre, los de última generación, se ha encontrado instalada en la Base Naval de Rota, (sector de responsabilidad USA). Tampoco hay que descartar su intercambio como moneda política al uso.

Por otra parte, los expedientes sancionadores que se dictaminan en la UE, resultan muy complejos desde el punto de vista jurídico, que incluyen largos procedimientos y que acumulan grandes retrasos en su tramitación. Que sepamos, el único procedimiento sobre el que ha recaído sentencia firme ha sido contra Bulgaria. Igualmente, en los parámetros de mediciones a través de los planes de calidad, tampoco existen reglas uniformes.

Hay que tener en cuenta, barajando datos no muy antiguos hasta la actualidad, podemos afirmar, que alrededor de 10 estados miembros, principalmente del Este y Centro de Europa, presentan las cifras más preocupantes en sus particulares procesos de adaptación y cumplimientos de las normas sobre calidad del aire en sus respectivos países y/o ciudades.

Y es que, tampoco hay que confundir lo estricto con la rigidez, ya que ninguna norma, por incomprensible que nos parezca, debe dar la sensación de enigmática.

Resulta recomendable la lectura del informe especial número 23 del Tribunal de Cuentas europeo: Contaminación atmosférica: nuestra salud no tiene todavía la suficiente protección. Tampoco crea el lector que la existencia de un plan nacional sería una panacea, máxime con la existencia de una especie de tripartito en derecho ambiental donde en sus respectivos senos el desacuerdo sería la norma imperante, además de acarrear durante los últimos años el dudoso honor de ser el Estado miembro más sancionado en temas medio ambientales, y convertir en persistentes infracciones dichas materias.

Se ha escrito mucho sobre este tema, quizás no demasiado por las instituciones oficiales, conscientes de sus características patógenas, pero no aún lejos, por parte de la Comisión Europea, emitido en octubre del 2014 un procedimiento de infracción contra España, mencionando que la misma no estaría protegiendo a sus ciudadanos de la contaminación por partículas en suspensión (PM 10), bastante peligrosas y que proceden generalmente de las emisiones de la industria, el tráfico y las calefacciones domésticas.

La Comisión Europea ha abierto a España, a la que no podemos perder de vista, tres procedimientos por infracción del derecho comunitario: 2009; 2014 y 2015, en relación con las partículas en suspensión (pm 10); dióxido de nitrógeno (no2); techos de emisión de amoniaco (nh3) y los óxidos de nitrógeno (n0x), que se encontraban a la espera de la utilización de ulteriores trámites comunitarios o de pasar al ámbito del Tribunal de Justicia de la UE.

En junio del 2015, la Comisión Europea remitió a España una carta de emplazamiento, considerando que las medidas que había previsto para determinadas zonas eran insuficientes para alcanzar el pleno de los valores límite.

Resumiendo, estimo que no tardarán mucho en tomar cuerpo conminatorio, tambores de guerra procedentes de la UE, y si ello sirve para que mejoremos en nuestros problemas conocidos, ¡bienvenidos sean!

*Doctor en Derecho