Más de medio centenar de edificios propiedad del Ayuntamiento de Zaragoza están en desuso. Aunque la casuística de su situación con catalogaciones incluidas o sobre las posibilidades de uso son muy amplias, lo cierto es que este patrimonio debe ser aprovechado por los ciudadanos. Urbanismo tiene por delante la tarea de analizar cada caso y proponer e impulsar los usos más adecuados. La búsqueda de financiación para los mismos no es tarea menor.