El Encuentro Empresarial Hispano-Iraní celebrado ayer en Zaragoza ha sido un acontecimiento significativo. No sólo por la potencialidad de las relaciones económicas entre ambos países o por el hecho de que Irán esté ahora de moda tras las últimas amenazas de la Administración Bush, sino también porque reuniones de este tipo son importantes a la hora de situar una ciudad y de promover nuevas oportunidades de desarrollo.

Zaragoza es la capital de un amplio espacio económico con vocación exportadora y donde la búsqueda de mercados y de relaciones de cooperación con otras áreas geográficas no es un objetivo nuevo. Las instituciones públicas y las organizaciones patronales deben hacer lo posible por promover más encuentros empresariales, buscando además partenaires de la máxima potencialidad. En las estrategias para vender la ciudad, estas y otras acciones referidas al exterior han de ocupar un lugar importante.

El Encuentro Hispano-Iraní señala un camino y evidencia que la capital aragonesa cuenta con todos los medios y las circunstancias necesarias para albergar cumbres y reuniones económicas de alto nivel. Los proyectos trazados para el 2008 pueden y deben ser además un acicate definitivo en esa línea.