El Ayuntamiento de Calatayud determinó ayer la devolución de todos los recibos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), unos 15.000 a los que se aplicó por error un 50% de lo aprobado en pleno, tanto de fincas urbanas como rústicas. Un fallo en el modo de calcular disparó las tarifas y ahora toca enmendar el entuerto. El equipo del PSOE, que se dio cuenta de los hechos, debería haber disparado la voz de alarma en el momento mismo de constatar un desaguisado administrativo, cuya remisión tendrá su coste en dinero público . Cuando se detecta un error, lo primero que hay que hacer es intentar neutralizarlo, evitar que se desarrolle.