¿Es usted padre o madre y quiere evitar que sus hijos sean adoctrinados en las instituciones escolares? Si es así, deje de calentarse la cabeza pensando si se debe, o no, exigir el veto de las familias a aquellas actividades escolares que no correspondan a su ideología personal. Sepa que hay otra alternativa mucho más radical para conseguir que sus hijos no sean adoctrinados en las escuelas. Esa alternativa se llama la escuela en casa (más conocida como 'homeschooling'). Si hace usted una búsqueda en internet, comprobará que se ha escrito mucho sobre el tema. Lo que ocurre es que entre toda esa información hay mucha bazofia, lo cual obliga a perder mucho tiempo para separar lo fiable de lo no fiable. Con el fin de evitarle esa pérdida de tiempo, a continuación presento un resumen riguroso de lo que es e implica el movimiento internacional en favor de la escuela en casa.

Resulta difícil encontrar al verdadero padre de la escuela en casa, aunque muchos expertos atribuyen la autoría al pedagogo norteamericano Holt con la publicación de su libro titulado El fracaso de la escuela. Personalmente pienso que quien sentó las bases de este movimiento internacional fue Ivan Illich con la publicación de su libro titulado 'La sociedad desescolarizada'. Sus orígenes se remontan a la década de los años sesenta del pasado siglo como una alternativa crítica a la institución escolar tradicional y burocratizada. Hasta tal punto llegó esa crítica que Everet Reimer se atrevió a certificar la defunción de la institución escolar en su libro titulado La escuela ha muerto. Esas críticas fueron coetáneas de las realizadas contra los manicomios y en contra de la exclusión en las escuelas ordinarias de la diversidad del alumnado. Desde entonces ha pasado más de medio siglo y el movimiento se ha extendido por los países más desarrollados a nivel educacional, habiendo sido legalizado en una treintena. Incluso hay una sentencia en el año 2018 del Tribunal Internacional de los Derechos Humanos de Estrasburgo en favor de una familia alemana que había sido condenada en el 2013 por no llevar a sus hijos a la escuela de su localidad. En España, la escuela en casa se encuentra en un limbo legal. A pesar de ello, las estimaciones más fiables calculan que actualmente hay alrededor de cuatro mil familias que han escogido esa opción para sus hijos. Además, hay dos asociaciones legales dedicadas a la defensa de ese movimiento: la Asociación para la Libre Educación y la denominada Crecer sin Escuela.Uno de los argumentos más importantes que suelen emplear quienes están en contra del movimiento de la escuela en casa es que los niños pierden la posibilidad de socializarse trabajando con otros compañeros de sus mismas edades. No cabe ninguna duda de que esa crítica posee un sólido fundamento científico. Ese problema se dio en los primeros años y todavía subsiste entre algunas familias radicalizadas. Afortunadamente, hoy ha sido resuelto gracias al enorme impacto de las redes sociales mediante el uso de internet. Con el fin de que las madres y los padres interesados en el tema conozcan las bases de su funcionamiento, a continuación presento un pequeño resumen de los recursos que suelen emplearse, algunos propuestos por los iniciadores de esta alternativa de escolarización y otros basados en experiencias actuales.

Uso y aprovechamiento de los miles de programas didácticos que hoy existen en internet. Creación de lonjas públicas de habilidades útiles para la solución de problemas relacionados con el aprendizaje formal e informal, debidamente clasificadas y con acceso a las mismas mediante claves de acceso. Apoyo social a las redes de compañeros, tanto online como presenciales, para trabajar de forma cooperativa los contenidos curriculares. Creación y difusión de redes de expertos, dispuestos a ayudar a los alumnos a aprender y a resolver todo tipo de problemas. Campañas publicitarias en las redes sociales y en los diferentes medios de comunicación de catálogos con las direcciones y horarios de expertos en la didáctica de las diferentes materias curriculares que deseen ayudar a los alumnos de forma voluntaria. Creación de asociaciones civiles, dispuestas a ayudar a los chicos y chicas a resolver todas las dudas académicas, bien sea online, bien de manera presencial, a modo de academias gratuitas. Creación de asociaciones de padres y madres que, entre otros cometidos, programen visitas, viajes y excursiones didácticas, a las que puedan asistir todos los alumnos que lo deseen, como igualmente que propicien intercambios nacionales e internacionales entre familias de niños y adolescentes. Creación de clubs públicos para la práctica de deportes infantiles y juveniles de forma gratuita. Creación de una red de bibliotecas públicas, destinadas exclusivamente para el estudio y la consulta de bibliografía y soportes digitales relacionados con los contenidos curriculares. En algunos casos los niños están adscritos a un colegio normal y corriente, que es el que certifica el nivel académico de esos alumnos.

Como es fácil inferir, para su buen desarrollo es necesaria una implicación muy seria de las familias, una regulación jurídica por parte de los gobiernos (sobre todo, municipales) y la existencia de asociaciones civiles dedicadas a apoyar dicho movimiento. Sin esos requisitos, esta alternativa de escolarización puede ser muy perjudicial para las nuevas generaciones y también para la cohesión social de un país. Por el contrario, la investigación empírica ha demostrado que cuando se lleva a cabo con rigurosidad y seriedad es muy beneficiosa para los educandos. Esos resultados inducen a pensar que la negativa de los gobiernos a legalizar su uso no tiene nada que ver con la defensa de los derechos fundamentales de los niños.

*Catedrático jubilado. Universidad de Zaragoza