Café, cacao, cannabis, cocaína… ¿Qué tienen en común estas 4C? Son sustancias psicoactivas y de todas ellas habla el folleto sobre el uso y consumo de drogas que el Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto en circulación, y que tanto revuelo ha levantado. Portada nacional gracias al concejal popular, Jorge Azcón, que ha denunciado al equipo Santisteve por hacer llegar a toda la ciudadanía un manual que iba dirigido solo a educadores y trabajadores sociales, y en el que a juicio de Azcón se «banalizan las drogas ilegales, equiparándolas con medicamentos y alimentos» y se «incita al consumo de drogas», con comentarios del tipo «si sabes consumir drogas no tiene porqué pasarte nada». En frío, formular prescripciones tales como «es preferible reservar el consumo de cannabis para las ocasiones especiales; se recomienda que las rayas de speed sean más pequeñas que las de cocaína; o pulverizar bien la cocaína reduce la aparición de hemorragia», puede chocar. Debería haberse matizado la redacción de ciertos puntos para evitar malos entendidos, pero lo cierto es que no podemos negar las estadísticas: un elevado porcentaje de la población consume drogas. ¿Es mejor negar una realidad, mirar hacia otro lado? Las políticas de reducción de riesgos son positivas. Las campañas de reparto de jeringuillas y preservativos en los 80-90 para combatir el sida funcionaron. ¿Por qué un documento que informa es tanto problema? No es fomentar el consumo sino buscar un mal menor. En resumen, si vas a esnifar una raya de coca, hazlo con garantías.H

*Periodista y profesora de universidad