Al fin salgo al balcón para aplaudirnos

a nosotros y aquellos que nos cuidan

aplaudimos a los vivos por vivir

y a los entrevivos por sobrevivir.

Aplaudimos incluso a los difuntos

por su asunción del límite y frontera

aplaudimos también la buena muerte

para que nos acoja eternamente.

Mientras nos preguntamos por qué todo

aplaudir es batir palmas por algo

que queremos y alguien que más queremos:

juntar las palmas y juntar las almas.

El aplauso como un pulso a este tiempo

es batirse contra el abatimiento

frente a este virus y su contratiempo.

También marcamos un pulso al espacio

vacío y destemplado algo siniestro:

este exilio interior y este desierto.

Desistir y arrugarse es nuestro veto

resistir y asumir es nuestro reto

con amor con cuidado con respeto.

(Como dice nuestra canción coral

resistiremos juntos en plural).