Javier Lambán fue investido ayer por las Cortes de Aragón presidente del Gobierno regional con los votos de más partidos políticos que nunca. Su segunda elección reúne al PSOE, PAR, Podemos, CHA (que formarán parte del Ejecutivo) e IU y es el resultado de más de 60 días de negociaciones políticas entre los grupos de izquierda de la Cámara y los aragonesistas. Ayer, durante el debate parlamentario, todos ellos pusieron en valor un pacto que supone un contrato «aragonesista, verde, digital, transversal y por la igualdad» y con el que se ven muy identificados.

Los portavoces de todos estos grupos políticos demostraron un gran compromiso al defender, incluso con vehemencia, como hizo el futuro vicepresidente de la DGA, Arturo Aliaga, un gobierno que, eso sí, unos lo conciben para hacer políticas de centro y moderadas, y otros, progresistas. En cualquier caso los acuerdos son un éxito incluso para exportar fuera de Aragón porque se ha primado el interés por avanzar en el autogobierno del territorio, lo que supone trabajar por mejorar la vida de los aragoneses. Todo un ejercicio de responsabilidad que a partir de ahora habrá que ver cómo se ejecuta conjuntamente a pesar de las diferencias programáticas que hay entre los cinco partidos. Porque el objetivo es sumar entre todos. Y ahí, PP, Ciudadanos y Vox, que se han quedado fuera del acuerdo parlamentario, tendrán que ser responsables para aportar propuestas constructivas. Empieza un nuevo ciclo.