Las elecciones indias han dado un vuelco monumental al gran país asiático. La mayoría absoluta conseguida por Narendra Modi, candidato de la formación nacionalista religiosa hindú Partido Bharatiya Janata (BJP), ha puesto fin al dominio de la dinastía Gandhi, creada por quien fue uno de los líderes de la independencia, Jawaharlal Nehru, y el Partido del Congreso. La explicación de este vuelco está en la economía. La India vivió un espectacular crecimiento a principios de este siglo, con tasas del 8%. Fruto de este despegue fue la aparición de una clase media que de repente vio como en los últimos tres años ese progreso se ralentizaba hasta menos del 5%, una inflación de dos dígitos y una corrupción galopante.

CAMPAÑA PERSONAL

Modi, con 13 años de experiencia al frente del estado de Gujarat, al que modernizó, dotó de infraestructuras y abrió a los negocios, se lanzó a las elecciones con un único punto en su programa: dar la vuelta a la economía. Esta experiencia y una campaña centrada en su persona y no en el partido le han dado la mayoría absoluta, la primera en 30 años. Más allá de su capacidad para gestionar la economía (aunque no es igual gobernar un estado de 60 millones de habitantes que un país de 1.200 millones), la elección de Modi suscita inquietud por el fundamentalismo religioso hindú de su partido, que le ha llevado a estar a punto de declarar la guerra al vecino Pakistán en más de una ocasión cuando el BJP ha estado en el poder. Aquí cabe recordar que tanto la India como Pakistán son dos potencias nucleares y que Nueva Delhi está en plena fase de modernización de sus Fuerzas Armadas y de seguridad y que es el mayor importador de armas de los últimos cinco años. También suscita inquietud el recuerdo de las revueltas antimusulmanas en Gujarat en el 2002, con más de mil muertos, y la inacción del propio Modi para frenarlas. La India, con su enorme variedad de grupos étnicos y religiosos aunque haya una mayoría hindú, y más de 30 lenguas habladas cada una por más de un millón de personas y otras 100 por grupos minoritarios, es un mosaico que exige una gran capacidad de compromiso y de respeto para mantenerlo unido. Es de desear que la aplastante victoria del nacionalismo excluyente del BJP no altere esta argamasa sobre la que se asienta la mayor democracia del mundo.