El impuesto sobre las bebidas azucaradas que prevé aprobar el Gobierno de Aragón este año será sin duda un impuesto saludable. Ya no tanto por los ingresos, que también lo sería para las arcas públicas, sino para la salud, sobre todo de menores. Así lo piensan endocrinos y nutricionistas que dicen que ayudará a prevenir la obesidad y el sobrepeso. También piden que se amplíe a la sal. Gastar 47 millones al año en estas bebidas en Aragón es preocupante.