La Feria de Zaragoza necesita un mayor mimo de las instituciones políticas aragonesas. El salón Enomaq que estos días muestra en las instalaciones de la carretera de Madrid los mayores avances en maquinaria para los sectores del vino, el aceite y la cerveza es todo un ejemplo de cómo debe responder un recinto de estas características para que unas empresas hagan negocio, otras inviertan en bienes de equipo y la capital aragonesa tenga una inyección económica a través de hostelería, transportes y servicios públicos en general. Por eso hay que cuidarla más. El presidente de la Feria, Manuel Teruel, y el director, Rogelio Cuairán, están en el buen camino pero las instituciones deben remar un poco más.