El canal de aguas bravas del Parque del Agua de Zaragoza fue una de las originales aportaciones en el escenario de la Expo del 2008. Su evolución, sin embargo, ha sido un continuo despropósito. Las empresas que han explotado este servicio han acabado desistiendo por la falta de rentabilidad por sus costes de mantenimiento y la escasa afluencia de público. A ello se han sumado continuas y caras reparaciones por las fugas de agua resultado de su mal diseño. Ahora la empresa pública Tragsa debe acometer una reforma integral. La Federación Aragonesa de Piragüismo está interesa en convertirlo en un centro de entrenamiento. Debe profundizarse en ese proyecto y rentabilizar una instalación que no ha terminado de despegar.