He visto el futuro de España y es Teruel. Se anuncia el comienzo del desmantelamiento de la central térmica de Andorra. Hay algunos proyectos, pero no se han concretado; los convenios de Transición Justa se han retrasado: promesas de modernización y ayudas que no sabemos en qué quedarán. Se ha licitado el tren Teruel-Zaragoza: «Doble vía electrificada, qué hermosas palabras cuando se hagan raíles», ha escrito Mariano Gistaín.

Pensamos en Teruel como una provincia olvidada, apartada en el camino del progreso: en este caso, fuentes de energía dejan de ser recomendables o rentables y algunas vidas se quedan varadas. Pero muchos de sus problemas son los problemas de España. El envejecimiento de la población y la baja natalidad afectan a toda Europa. España tiene una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo (1,24, según datos del 2019): los inmigrantes atenúan la caída. Teruel ese año estaba en el 1,37; uno de cuatro nacimientos ese año en la provincia correspondió a una madre extranjera (la población extranjera está en torno al 10%). La edad media de la provincia en el 2020 eran 46,58 años; ese mismo año la media española superó los 44 años. Eso genera presión adicional sobre los servicios públicos, que en el caso de lugares con baja densidad de población crece todavía más.

Hablamos mucho de algunas brechas que se han atenuado. Hablamos menos de otras que crecen. Elena Alfaro señalaba hace unos días que España ocupa el primer puesto en abandono escolar de la UE-27: según Eurostat, la tasa es del 17,3% en ambos sexos; la media europea está en el 10,2%. Los hombres tienen una tasa del 21,4% (la media de la UE-27 es 11,9%); las mujeres del 13% (la media de la UE-27 es 8,4%). Una quinta parte de hombres de esa generación estará toda su vida en el mercado de trabajo con un título de ESO o menos. En las zonas rurales escasean puestos de empleo cualificados.

Además, como ha escrito Manuel Bagüés, «en España hay un exceso de varones solteros que ha aumentado a lo largo del tiempo». «El descenso de la natalidad ha favorecido probablemente a las mujeres, aumentando sus posibilidades de encontrar pareja y, en jerga económica, mejorando su poder de negociación en el marriage market, pero al mismo tiempo dificulta que muchos hombres puedan encontrar pareja». Esto se incrementa en zonas que han sufrido más caída demográfica.

Luis Buñuel escribió que en su pueblo la Edad Media duró hasta la Primera Guerra Mundial. Puede que su provincia de nacimiento sea también el porvenir.