Se intuía que el cierre de la fábrica de Schindler en Zaragoza era una deslocalización, pero con la memoria del ERE se ve que no solo lo es sino que además es de libro. La empresa hace meses que decidió trasladar su producción a Eslovaquia. En la zona hay más negocio. Una inquietante tendencia, máxime cuando otras empresas hacen lo mismo: Future Pipe, de Ejea a Egipto, y Losán de Caspe a Portugal. Un escenario industrial que requiere de reflexión en Aragón.