Después de más de tres meses de funcionamiento, la lavandería del hospital Miguel Servet de Zaragoza, por fin, funciona bien. Lo triste del caso es que sea noticia y se haya tenido que organizar una visita con la prensa para ver la marcha del servicio. Fue una inversión importante y todavía hay algún problema que no se solucionará hasta que no acaben las obras del hospital, como que los carros de recogida de ropa no quepan en las habitaciones. Pero si al final se ha logrado mejorar la calidad de un servicio que era muy criticado por los pacientes de la Seguridad Social y por los sindicatos, todo habrá sido positivo. Aunque tarde.