Las próximas citas electorales presentarán dos novedades de calado: tres formaciones estarán en teóricas condiciones de ganarlas, y se distinguirá entre vieja y nueva política. Porque nuevas son las tecnologías ligadas a la comunicación y a las redes sociales que propicia la era digital, pese a que es evidente que internet es una herramienta al servicio de todos. Quienes la desprecian lo hacen por ignorancia o dejadez propias.

Para muchos los viejos métodos son más efectivos. O eso creen. Por ejemplo, filtrar a un medio una información supuestamente comprometida para al día siguiente echarse las manos la cabeza al grito de "¡nos hemos tenido que enterar por la prensa!". Artes ocultas en manos de aquellos que han inflado tanto la palabra transparencia que ya no les cabe en la boca.

Recuperar la política es ofrecer una referencia común y un sentido que sirva a toda la sociedad: no valen visiones parciales. PP y PSOE han vivido el uno contra el otro en el terreno de los votos y su pulso apenas difiere en pequeños matices: si antes las medidas se tomaban en función de las encuestas, como aquellos cheques-bebé; hoy acuden directamente a las emociones: "Estas son las navidades de la recuperación", ha dicho Rajoy

Es una batalla entre dos en la que no hay argumentos, se trata de mantener agarrado al adversario mediante el y tú más y la falsa equidistancia entre escándalos y bochornos. Es una política a la defensiva, que se esconde en no comparecencias o ruedas de prensa sin preguntas en lo comunicativo, y que en lo judicial trata de quitarse jueces de encima de manera cada vez más sibilina, aunque siempre dentro del descaro: el último, Ruz

Mientras, Rajoy, ese furibundo defensor de la unidad patria, no ve brecha social y declara que "la crisis es historia del pasado" pese a los avisos de la OCDE: a mayor desigualdad, menor crecimiento; siendo España el país desarrollado en el que más ha aumentado la desigualdad, según la Organización Internacional del Trabajo. Y en estas llega Podemos, acierta con el diagnóstico global y hace temblar más de un cimiento. Lo demás, ha venido como se intuía, incluidos linchamientos al estilo del Canal 24 horas. Y lo que queda. Periodista