En medio de las estériles luchas políticas del Ayuntamiento de Zaragoza, absurdamente paralizado por la falta de entendimiento entre Gobierno y oposición, el equipo de Pedro Santisteve acaba de presentar un proyecto de peso: la línea 2 del tranvía de Zaragoza.

Se trata de un anteproyecto, todavía, en fase de información pública, sin declaración ambiental y sin, aún, el mecanismo financiero capaz de abordar los 234 millones de euros que la nueva línea costará a los zaragozanos, pero es un paso, un avance importante en una iniciativa trascendental para el futuro de la capital del Ebro.

Tanto, al menos, como lo ha sido y lo seguirá siendo la explotación y mantenimiento de la línea 1 del tranvía, puesta en marcha por el equipo de Juan Alberto Belloch. Un Gobierno de izquierdas diseñó y ejecutó la primera línea y otro, también de izquierdas, tomen nota, aborda y diseña la segunda. Vamos a ver qué grandes proyectos trae en sus campañas la derecha...

Los números de la línea 2 constituyen en sí mismos un reto: 17 millones de usuarios previstos por año y una transformación profunda de los diez kilómetros urbanos que el itinerario de veinte paradas atravesará en su recorrido este-oeste, de Valdefierro a San José y Las Fuentes. El proyecto de la empresa Idom sugiere un bypass en algunos tramos con la línea 1, de manera que los convoyes puedan intercambiarse, según necesidades y demandas. En cuanto a los costes de explotación, en torno a diez millones/año, el concejal del ramo, Pablo Muñoz, no descarta la gestión municipal, variante que supondría una novedad en este tipo de licitaciones. Regresiva, para unos; progresista, para otros.

Vaya adelante, ojalá y en cualquier caso este proyecto ambicioso y necesario para el desarrollo urbanístico, dinámico, comercial y social de esta Zaragoza invertebrada, mal urbanizada, peor planificada, pero rabiosamente viva y con ganas de prosperar a base de mejorar sus comunicaciones y ofertas.

Desechado el metro por sus elevados costes, el moderno tranvía se está revelando como una solución idónea.

Póngase en práctica.