Los medios de obediencia partidista y nacional, y más en particular las desnortadas televisiones generalistas, se han conjurado para presentarnos las próximas elecciones autonómicas madrileñas como «primarias» de unas generales. Evidentemente, nada más falso o alejado de la realidad.

Se mire como se mire, dichos comicios regionales no van a tener la menor trascendencia para el resto del país. Su resultado, el 4 de mayo, beneficie a quien beneficie, no influirá para nada en las vidas o haciendas de castellanos, andaluces o aragoneses, pero, a pesar de ello, vamos a tener que estar soportando durante semanas a pretendidos líderes autonómicos, todos ellos de marcado carácter centralista, tan anacrónicos como Pablo Iglesias o Rocío Monasterio, azuzándose entre sí y discutiendo del río Manzanares o del Hospital Zendal. Una campaña en su conjunto muy localista y estrecha, sin miras ni programas, con tan escaso interés general como los recientes comicios catalanes; pero que, absurdamente, copa la atención de la opinión pública.

Atención, creo, que debería estar centrada en otros temas que sí son de interés general. Cito algunos a modo de ejemplos:

El paro. La vacunación contra el covid- 19 y las medidas para seguir luchando contra la pandemia. Las ayudas europeas. La política inmigratoria. Nuestra deuda estatal, superior al período de Rodríguez Zapatero. La caída de las exportaciones. Las pérdidas del sector turístico. El futuro del sector de la automoción. El papel de España en el mundo multilateral. La posición de España con respecto a los regímenes totalitarios de China, Birmania, Rusia o Venezuela. La pérdida de calidad de nuestro sistema educativo. Aranceles y relaciones militares entre nuestro país y nuestros supuestamente aliados Estados Unidos de Joe Biden. Futuro del sector bancario. Futuro del sector aeronáutico. Reformas presupuestarias con atención a las comunidades autónomas afectadas por la despoblación y los desequilibrios territoriales, como Aragón. Nuevas medidas contra el maltrato y a favor de la igualdad. Proyección del patrimonio artístico e histórico español, de los más importantes del mundo… Y así, un largo etcétera de asuntos urgentes, que nos afectan a todos en una infinita mayor medida de lo que cualquiera de los candidatos madrileños puede aspirar a mover con sus ridículos tuits.

De Madrid ya no se llega al cielo.