No sé si ustedes recordarán aquel programa dantesco, titulado Misterios sin resolver , que hace unos años el proteico Julián Lago dirigía en Tele 5. Se estrenó un poco después de La máquina de la verdad , pero, a diferencia de ésta, que batió récords de audiencia, Misterios ... pronto desapareció del mapa. Yo estuve colaborando unas semanas con el equipo de Misterios ..., y me lo pasé muy bien buscando e intentando desentrañar toda clase de enigmas, desde apariciones fantasmales a la indiscutible presencia en nuestros cielos de platillos volantes, pero pronto la sección investigadora, como el propio programa, pasó a mejor vida y todos tuvimos que regresar a otros quehaceres.

A los muchos misterios que entonces me quedaron por resolver en el plano esotérico habría que añadir ahora, en el plano político, lo que está pasando en Teruel. No puedo comprender, sinceramente, cómo es posible que una provincia que se pasa la legislatura entera levantándose frente al Partido Popular, condenando su política, recibiendo a José María Aznar a golpe de cacerola, escenificando a Cascos y a los próceres de Fomento con pingüinos y bigotillos franquistas, manifestándose en las calles, en la inconclusa autovía, levantando la voz en Madrid o en Bruselas vote luego al PP en porcentajes que se acercan al 40%. ¿Quiere esto decir que muchos miembros de la Coordinadora Teruel Existe, o simpatizantes suyos, votan derecha? No lo sé, ni me consta, pero las cifras no me acaban de salir. Y, como a mí, a otros colegas que contemplan con solidaridad y simpatía el movimiento ciudadano por dignificar la provincia.

Ahora, Teruel Existe le va a montar el pollo al PSOE por no incluir entre sus planes ferroviarios el AVE Madrid-Teruel. Los socialistas, en efecto, parecen haber abandonado definitivamente la idea de acometer este enlace vital. ¿Por qué? No hace falta ser ningún genio para deducir que, si de algún sitio le pueden llover las visitas al Torico, si existe una bolsa clientelar, potencial, lo suficientemente amplia como para relanzar el turismo rural de las comarcas turolenses, esa meca está en la capital de España. Con la que Teruel, increíblemente, no tiene conexión.

El antiguo regidor, Manuel Blasco, del PP, ya se comió el AVE con patatas, y ahora, la nueva alcaldesa, Lucía Gómez, del PSOE, ha terminado de rematar el desaguisado renunciando a la alta velocidad, salvo por el corredor mediterráneo. Hace meses, en abril, en una entrevista concedida a Abc , el presidente de la Diputación, Miguel Ferrer, del PAR, recordaba que hasta 28 provincias alrededor de la suya iban a disponer de AVE, con lo que se condenaba a Teruel a un confinamiento absurdo. Ferrer, en la línea de Teruel Existe, reclamaba la alta velocidad a Zapatero, pero en esta ocasión ni el presidente español ni el autonómico, Marcelino Iglesias, se han sacado nuevos conejos de la chistera del poder.

La batalla se anuncia larga y difícil, pero hasta 2007 no habrá elecciones para testar su resultado final. El misterio del voto turolense a los partidos centralistas, PP y PSOE, seguirá, me temo, sin resolver.

*Escritor y periodista