El trágico fin del fiscal argentino Alberto Nisman ha sido objeto de una serie de televisión. En ella comparecen todos los actores que tuvieron relación con el caso, desde Cristina Fernández de Kirchner, una de las sospechosas, hasta la familia del jurista.

El cuerpo de Nisman apareció sin vida el 18 de enero de 2015.

Estaba tumbado, en el cuarto de baño de su apartamento de Puerto Madero, en Buenos Aires, un distrito considerado de clase alta. Junto al cadáver, que se había desangrado aparatosamente, se encontró una pistola, asimismo embadurnada en sangre, cuyas balas habrían causado la muerte al fiscal. Al no hallarse huellas dactilares, la policía empezó a barajar la posibilidad de que no fuera un asesinato, sino un suicidio. Ambas hipótesis, la suicida y la criminal, resultaron emparejarse en la investigación, no resuelta a fecha de hoy. Nadie sabe cómo murió Nisman.

Quienes se sitúan radicalmente en contra de la tesis del suicidio argumentan que Nisman estaba aquellos días extraordinariamente motivado profesionalmente, pues se hallaba a punto de exponer ante la opinión pública sus conclusiones sobre el caso AMIA. Un atentado que había hecho saltar un edificio judío en pleno Buenos Aires años atrás, en 1994. Presuntamente, los autores de aquella matanza fueron comandos iraníes de inspiración integrista, pero al parecer Nisman habría tirado de otros hilos y logrado relacionar a los Kirchner, y más concretamente a Cristina Fernández, a la sazón presidenta de Argentina, con el atentado contra la sede de AMIA.

Un documental que nos estremece por sus implicaciones, por sus sospechas, por sus imágenes (incluida la escena del crimen, con la secuencia alucinante de la intervención de la fiscalía y de la policía científica, cuyos miembros, voluntaria o involuntariamente, contaminaron a fondo la escena).

Políticos, militares, jueces, fiscales, periodistas y espías abundan en esta trama confusa, que en su momento conmocionó al país y hoy sigue avergonzando a media Argentina, la que clama por la solución de un caso abierto: la muerte, seguramente planeada, del fiscal Nisman