El conflicto sobre las interpretaciones del déficit ha hecho aflorar la escasa sintonía entre el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el consejero aragonés José Luis Saz. Unas relaciones distantes que no vienen de ahora, aunque quedaron intuidas la pasada semana coincidiendo con la presencia en Zaragoza del ministro. En los saludos de bienvenida, la conexión entre ambos se evidenció de una frialdad que no pasó desapercibida para muchos.