En una entrevista publicada el 25 de febrero de 2014 en la revista 'Ethic', el semiólogo, lingüista y filósofo Noam Chomsky, uno de los más destacados intelectuales contemporáneos, declaraba lo siguiente: «Quienes crearon la crisis son más ricos y poderosos que nunca». Chomsky, activista político muy crítico con el capitalismo y el neoliberalismo, es profesor emérito en el departamento de Lingüística del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y sigue activo, y de qué manera, a sus 92 años.

Es verdad. Vivimos en un sistema donde se mezcla el libre mercado con la intervención de los estados, en el que, vaya casualidad, los gobiernos de todo tipo y condición obran siempre a favor de los poderosos, a los que protegen. Ya ocurrió con buena parte de la banca mundial, que actuó de manera insensata en el caso de las hipotecas subprime, lo que llevó a la ruina a muchos pequeños inversores en el 2008; pero, oh maravilla de maravillas, allí estaban los estados, sus gobiernos y los bancos nacionales para acudir al rescate de la gran banca, con el dinero de todos claro.

Y es que la banca y las financieras multinacionales no pierden comba en esto de hacer caja a costa de lo que sea, bien concediendo hipotecas de manera imprudente y hundiendo la economía y las bolsas mundiales, para inmediatamente sacar pingües beneficios de ello, bien invirtiendo en «negocios» como las farmacéuticas.

La casta política está encantada con esta situación, y permite, consiente y propicia que los poderosos continúen aumentando su riqueza, ahora aprovechando la necesidad de vacunar a la población contra el virus covid-19.

Lo que está ocurriendo estos días es un ejemplo palmario. La Unión Europea presentó la compra centralizada de vacunas como un gran acierto porque se conseguían mejores precios, pero los burócratas de Bruselas, sustentados por sus gobiernos, se niegan a hacer públicas las cláusulas de los contratos de compra, pese a que somos los ciudadanos los que corremos con todos los gastos mediante nuestros impuestos. ¿Qué pretenden ocultar?

Además, es curioso que las tres grandes farmacéuticas que fabrican vacunas (Pfizer, Moderna y AstraZeneca) comparten casi la mitad de los principales accionistas, entre los que destacan gestoras de Fondos de Inversión (Vanguard, State Street, Geode Capital o Blackrock) y Financieras como Morgan Stanley, sí la misma que estuvo en el meollo de la estafa de las 'subprime'.

Y entre tanto, los listillos de siempre saltándose miserablemente su turno de vacunación. Y no pasa nada.