La impunidad con la que actúan distintos grupos de neonazis en Zaragoza resulta inquietante desde hace muchos meses, pero la permisividad policial con la que se desarrolló la última acción ha disparado las alarmas sociales. Primero porque no se puso ningún reparo a la concentración ultra que tuvo lugar el pasado fin de semana, y segundo porque la Policía se retiró a media tarde en vista de que los neonazis no ofrecían problemas, y les dejó la calle a su libre albedrío. La Delegación del Gobierno tiene que poner fin con todos los medios a su alcance a las salvajes y reiteradas acciones de estos fascistas, muchos de ellos perfectamente identificados.