Hay cosas que no cambian ni con la 'post-Transición' ni con la 'posverdad'. La Nochevieja en las cadenas generalistas de televisión fue un año más una orgía de caspaza y 'vintage'. En la Uno, la de todos (¿o solo del Gobierno?), Ana Obregón y Anne Igartiburu se atragantaron, más que con las uvas, con un festín de frases hechas, tan ajustado a sus artificiales figuras como a sus no menos artificiosas «carreras».

Obregón, cuya única virtud es la constancia, suma ya décadas intentando demostrar un inexistente talento para la interpretación, la comunicación, la geología o el baile. Igartiburu, por su parte, suma otras tantas al frente de un programa de cotilleo tan inculto como los comentarios con los que diariamente rinde vicaria pleitesía a todo famoso o 'celebrity'. En cuanto a Antena 3, Cristina Pedroche ratificó que todo su mérito se esconde en ocultar celosamente el modelito que lucirá en las Campanadas y los centímetros de piel, el cacho que enseñará al pueblo.

¿Mujeres-florero o jamonas?

Desde una óptica estrictamente feminista, y con el manual en la mano, puede que ambas cosas. Sin embargo, ni las teóricamente grandes luchadoras por la igualdad, muchas con sede en Moncloa, como Carmen Calvo, Irene Montero o Yolanda Díaz, han evitado que nuestras 'folkis' oficiales invadan millones de hogares de españoles con sus pistoleras de lentejuelas.

¿Se podría haber emitido otro mensaje con distintos mensajeros? ¿No había nadie más disponible para el numerito de Año Nuevo en la Puerta del Sol? El Ente televisivo, siempre a la sombra del Ente ejecutivo, debió pensar que no, que el 'ticket' Obregón/Igartiguru molaba cantidad como imagen moderna de un país que, al fin y al cabo, lleva presumiendo de mujeres-florero desde tiempos inmemoriales... ¿Y a las españolas de hoy, quién las representa? ¿En qué arquetipo mediático pueden reconocerse las mujeres que trabajan fuera de casa y en casa, que investigan, administran, proyectan, gestionan, conducen todo tipo de vehículos, arriesgan sus vidas y salvan otras sin ganar en un año lo que la Pedroche en una noche por enseñar el jamón, la Obregón en una hora por hacer de presentadora o la Igartiburu en dos sesiones con sus «queridos corazones»?