Kim Jong-un amenaza a EEUU con «mayor dolor y sufrimiento». No le gustan las nuevas restricciones impuestas por la ONU, y eso que han quedado bastante descafeinadas. Al chico malo que juega a hacer la guerra y desafía a la comunidad internacional con su nuclear power, le llevan tiempo imponiendo penas por sus pruebitas con bombas diversas, pero él sigue insistiendo. No me extraña, toca celebrar el 69 aniversario de la fundación de Corea del Norte, y sin duda le compensa un órdago a los popes internacionales, pues las sanciones que gradualmente se le van imponiendo son de risa, sobre todo, porque no acaban nunca cumpliéndose. Ahora debuta con su sexta prueba nuclear, la más potente de todas las hasta ahora lanzadas, llega la octava resolución de la ONU desde 2006 y lo único que le va a suponer al régimen del norcoreano atómico es restringir el volumen de importación de petróleo, y bloquear el comercio de productos textiles y de gas natural. O sea, nada de embargo total a la americana, ni de meter al líder de la «potencia nuclear invencible» en lista negra y congelarle los activos, una propuesta del Trump-oso que a priori no parece tan descabellada, teniendo en cuenta que la cabeza fría, la diplomacia y las medidas a medias tintas de la ONU no sirven para demasiado. Más de lo mismo, miedo a enfrentarse militarmente a una amenaza global que requiere una respuesta global eficaz, como apunta el secretario general de la OTAN, y muestra de la debilidad y la inoperancia de la ONU, y es que lo del flower power está más que desfasado.H *Periodista y profesora de universidad